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From Fr. Hector’s Desk – July 16, 2023

From today’s Gospel reading
“This is why I speak to them in parables, because they look but do not see and hear but do not listen or understand … But blessed are your eyes, because they see, and your ears, because thy hear”.

Reflection
Today’s parable of the “Sower” belongs to that group of parables in the Gospel that are sometimes called “Mirror Parables”. These parables act as a mirror into which we can look and see ourselves.

So, we ask ourselves
Which person in the story we just heard are we most like?
Are we like the seed that fell on the footpath? When we are inspired to change our life but then decide against it.
Or like the seed that fell on rocky soil? When we commit our life to Jesus in our youth but renegade on that commitment when temptation comes.
Or are we like the seed that fell among briers? When we make resolutions, but social pressure leads us to forget about them.
Or are we like the seed that fell on good soil? When we commit our life to Jesus and make the necessary rearrangements to follow through on that commitment.

Del Escritorio del Padre Héctor

De la lectura del Evangelio de hoy
“Por eso les hablo en parábolas, porque miran, pero no ven ni oyen, y no escuchan ni entienden… Pero bienaventurados sus ojos, porque ven, y sus oídos, porque ven y oyen”.

Reflexión
La parábola de hoy del “Sembrador” pertenece a ese grupo de parábolas en el Evangelio que se les suele llamar “Parábolas de espejo”. Estas parábolas actúan como un espejo en el que podemos mirarnos y vernos a nosotros mismos.

Entonces, nos preguntamos
¿A qué persona de la historia que acabamos de escuchar nos parecemos más?
¿Somos como la semilla que cayó en el sendero? Estamos inspirados para cambiar nuestra vida, pero luego decidimos no hacerlo.
¿O como la semilla que cayó en suelo rocoso? Entregamos nuestra vida a Jesús en nuestra juventud, pero renegamos de ese compromiso cuando llega la tentación.
¿O somos como la semilla que cayó entre las zarzas? Hacemos resoluciones, pero la presión social nos lleva a olvidarnos de ellas.
¿O somos como la semilla que cayó en buena tierra? Comprometemos nuestra vida a Jesús y hacemos los rearreglos necesarios para cumplir con ese compromiso.