MENU

When not enough becomes more than enough

This Sunday we read about the feeding of the 5,000 from John’s Gospel, where the Apostle Philip begins by questioning how one feeds 5,000 and then goes on to question the boy’s offering of five loves and two fish. With all of Philip’s doubts, what happens? The fish and the loaves offered by the boy fed the 5,000, and it “had been more than they could eat.”

The defeatism and doubt modeled by Philip permeates the modern Church, manifesting itself here, locally, at Our Lady of Perpetual Help. We are scared of an uncertain future, and we think the little we have is not enough. We for-get what Philip forgets, that Christ is present in the Church, and Christ provides for his Church. Five loaves and two fish feed 5,000—yes, 5,000!

Who gives the fish and the loaves? An unnamed boy. He had to offer those five loaves and two fish meant for him-self and those who were dear to him so that Christ could multiply his offering far beyond his imagination.

Will we be like Philip, fearful and timid, and ultimately not part of the solution? Or, will we be like this unnamed boy who gave, in faith, and we tell his story to this day.

The boy trusted in Christ, and he gave his offering. Christ asks no less from me and he asks no less from you.

Cuando lo que no es suficiente se vuelve más que suficiente

Este domingo leemos sobre la alimentación de los 5,000 en el Evangelio de Juan, donde el apóstol Felipe comienza cuestionando cómo se alimenta a 5,000 y luego continúa cuestionando la ofrenda del niño de cinco amores y dos peces. Con todas las dudas de Philip, ¿qué pasa? El pescado y los panes ofrecidos por el niño alimentaron a los 5,000, y “había sido más de lo que podían comer”.

El derrotismo y la duda modelados por Felipe impregnan la Iglesia moderna y se manifiestan aquí, localmente, en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Tenemos miedo de un futuro incierto y pensamos que lo poco que tenemos no es suficiente. Olvidamos lo que olvida Felipe: que Cristo está presente en la Iglesia y Cristo provee para su Iglesia. Cinco panes y dos peces alimentan a 5,000… ¡sí, 5,000!

¿Quién da los peces y los panes? Un niño sin nombre. Tuvo que ofrecer esos cinco panes y dos peces destinados a él y a sus seres queridos para que Cristo pudiera multiplicar su ofrenda mucho más allá de su imaginación.

¿Seremos como Felipe, temerosos y tímidos, y en última instancia no seremos parte de la solución? ¿O seremos como este niño anónimo que dio, con fe, y contamos su historia hasta el día de hoy?

El niño confió en Cristo y dio su ofrenda. Cristo no me pide menos y no os pide menos a vosotros.