In this week’s readings we hear about the mercy of God. In the first reading, God sees the suffering of his people enslaved in Egypt, and comes to rescue them through Moses. The Psalm repeats, “The Lord is kind and merciful.” In the Gospel, Jesus explains that God does not kill off the unjust but rather, like the hopeful gardener, gives people every opportunity to choose what is right.
A gardener can cultivate and fertilize and prune. But he cannot make a tree bear fruit. Similarly, God makes himself known, shows us the way to live in Jesus, and displays his love in countless ways. He cannot, however, make our choices for us. God wants to be in a loving relationship with each of us. And that requires our free response. If we choose to respond to his love with love, if we remain in him as a branch grafted to the vine (see John 15), then his very own life, love – the Holy Spirit, will dwell within us. The Spirit will give our lives purpose and direction, and make us fully alive and fruitful.
Reflection Questions:
La Misericordia de Dios
En las lecturas de esta semana escuchamos acerca de la misericordia de Dios. En la primera lectura, Dios ve el sufrimiento de su pueblo esclavizado en Egipto, y viene a rescatarlos a través de Moisés. El salmo repite: “El Señor es bondadoso y misericordioso”. En el Evangelio, Jesús explica que Dios no mata a los injustos, sino que, como el jardinero esperanzado, da a las personas todas las oportunidades para elegir lo que es correcto.
Un jardinero puede cultivar, fertilizar y podar. Pero no puede hacer que un árbol dé fruto. Del mismo modo, Dios se da a conocer, nos muestra el camino para vivir en Jesús y muestra su amor de innumerables maneras. Sin embargo, Él no puede tomar nuestras decisiones por nosotros. Dios quiere estar en una relación amorosa con cada uno de nosotros. Y eso requiere nuestra libre respuesta. Si elegimos responder a su amor con amor, si permanecemos en él como un pámpano injertado en la vid (ver Juan 15), entonces su propia vida, el amor, el Espíritu Santo, habitará dentro de nosotros. El Espíritu dará propósito y dirección a nuestra vida, y nos hará plenamente vivos y fructíferos.
Preguntas de reflexión:
