Our First Reading at Mass tells of the covenant (agreed upon relationship) God makes with Abram. While in a trance-like state, Abram is promised numerous descendants and land to be their home. It was years before Abram’s “barren” wife did have a single son, and the dispersions from and struggles to retain the Holy Land continue to this day.
In the Gospel, in a similarly mysterious encounter, a handful of Jesus’ closest friends see his glory. God the Father speaks, “This is my chosen Son; listen to him.” Jesus then returned to his, normal state and soon died an un-glorious death (of course to be followed by his victorious rising from the dead).
It seems God’s promises are mysteriously real already now, but also not yet fully revealed. God reveals himself and his love to us now, we can know him now. Yet there is always more to experience. We can strive to build the Kingdom of God now, yet we pray fervently as Jesus taught us: “Thy Kingdom Come!”
Reflection Questions:
¡Venga tu Reino!
Nuestra primera lectura en la Misa habla del pacto (relación acordada) que Dios hace con Abram. Mientras se encuentra en un estado de trance, a Abram se le prometen numerosos descendientes y tierras para ser su hogar. Pasaron años antes de que la esposa “estéril” de Abram tuviera un solo hijo, y las dispersiones y luchas por retener la Tierra Santa continúan hasta el día de hoy. En el Evangelio, en un encuentro igualmente misterioso, un puñado de amigos más cercanos de Jesús ven su gloria. Dios el Padre habla: “Este es mi Hijo elegido; Escúchalo”. Jesús entonces volvió a su estado normal y pronto murió una muerte sin gloria (por supuesto, para ser seguida por su resurrección victoriosa de entre los muertos). Parece que las promesas de Dios ya son misteriosamente reales ahora, pero aún no se han revelado completamente. Dios se revela a sí mismo y su amor a nosotros ahora, podemos conocerlo ahora. Sin embargo, siempre hay más que experimentar. Podemos esforzarnos por construir el Reino de Dios ahora, pero oramos fervientemente como Jesús nos enseñó: “¡Venga tu Reino!”
Preguntas de reflexión: