From today’s gospel reading
“But who do you say I am?” Simon Peter said in reply, “You are the Christ, the Son of the living God.” Jesus said to him in reply, “Blessed are you, Simon, son of Jonah. For flesh and blood has not revealed this to you, but my heavenly Father. And so, I say to you, you are Peter, and upon this rock I will build my church…”
Reflection
Like Peter and the other disciples, we are followers of Jesus. Like Peter, we sometimes have deep insight and, at other times, a lack of faith. What Jesus saw in Peter he sees in us – building material that can be shaped into a people of faith to serve his reign.
So, we ask ourselves
At some moment life will put the question to us, “Who do you say Jesus is?”
It might be a moment of testing when we need to choose between doing right or wrong. It might be at a transition time when we are leaving home to set out on our own.
Our parents are not going to be there to choose for us; we must own the choices we make. On what values and on whom we will base those choices? We will need to make our own the faith we received from our parents and our church.
When we do answer the question, “But who do you say that I am?” from our own conviction and exemplify our response by our actions, then we will know Jesus, no longer as an object of obligation and custom, but with the conviction Jesus looked for in his disciples.
Del Escritorio del Padre Héctor
De la lectura del evangelio de hoy
“Pero ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Jesús le dijo en respuesta: “Bendito eres, Simón, hijo de Jonás. Porque la carne y la sangre no te han revelado esto, sino mi Padre celestial. Y así, te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia…”
Reflexión
Al igual que Pedro y los otros discípulos, todos nosotros somos seguidores de Jesús. Al igual que Pedro, a veces tenemos una visión profunda y, otras veces, una falta de fe. Lo que Jesús vio en Pedro, lo ve en nosotros: material de construcción que puede ser moldeado en un pueblo de fe para servir a su reinado.
Entonces, nos preguntamos
En algún momento la vida nos hará la pregunta: “¿Quién dices que es Jesús?”
Puede ser un momento de prueba cuando necesitamos elegir entre hacer lo correcto o lo incorrecto. Podría ser en un momento de transición cuando salimos de casa para aventurarnos en la vida por nuestra cuenta.
Nuestros padres no van a estar allí, todo el tiempo, para elegir por nosotros. Debemos ser dueños de las decisiones que tomamos. ¿En qué valores y en quién basaremos esas elecciones? Tendremos que hacer nuestra la fe que recibimos de nuestros padres y de nuestra iglesia.
Cuando respondamos a la pregunta: “Pero ¿quién dices que soy?” desde nuestra propia convicción y ejemplificamos nuestra respuesta con nuestras acciones, entonces conoceremos a Jesús, ya no como un objeto de obligación y costumbre, sino con la convicción que Jesús buscó en sus discípulos.
