From today’s Gospel:
“These signs will accompany those who believe in my name they will drive out demons, they will speak new languages”.
Reflection:
In Jesus’ time there were illnesses and negative human conditions that were beyond their ability to explain or heal – they were credited to evil spirits and demons.
In our times we all know how new medical drugs can alleviate schizophrenia and bipolar disorders, but still there are many disorders that we cannot explain or cure yet.
There are also more powerful social and spiritual demons that medication can’t deal with. These were of great concern for Jesus and continue to require believers to confront them and drive them out.
For example, personal demons that invite us to sin. But don’t forget social demons like poverty, ignorance, war, racism, homophobia, islamophobia, antisemitism, sexism…demons that may not be driven out only with a prayer of exorcism. These demons may be driven out, at least on a personal level, by a prayer of conversion.
So, we ask ourselves:
Which are the demons, on a personal, community or social level, we should confront with the power of the Holy Spirit?
A brief note of recognition, in first place to Michelle Wolfinger, who extraordinarily coordinated my birthday and farewell celebration last Saturday. My sincere gratitude goes also to everyone who helped her make this event such a success. Thanks to all of you who attended my celebration, and for the loving greeting cards and birthday gifts. It has been a real blessing from God and Our Lady of Perpetual Help serving you these last (almost) eight years as your pastor. I request of your continued prayers for my future assignment in Mexico City. I will try to maintain my current email and make public my new address in case someone would like to drop me some greetings. Be assured of my prayers, so you continue being such a vibrant parish and continue your support now to Fr. Smith and Fr. Gyasi.
Del Escritorio del Padre Héctor
Del Evangelio de hoy:
“Estos signos acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas…”.
Reflexión:
En la época de Jesús había enfermedades y condiciones humanas negativas que estaban más allá de cualquier capacidad para explicar o sanar: se atribuían a espíritus malignos y demonios.
En nuestros tiempos todos sabemos cómo los nuevos medicamentos pueden aliviar la esquizofrenia y los trastornos bipola- res, pero todavía hay muchos trastornos que aún no podemos explicar o curar.
En nuestros días también hay demonios sociales y espirituales poderosos que la medicina no puede lidiar aún. Estos demonios poderosos eran de gran preocupación para Jesús y continúan requiriendo que los creyentes los confronten y los expulsen.
Por ejemplo, demonios personales que nos invitan a pecar. Pero no hay que olvidar a los demonios sociales como la pobreza, la ignorancia, la guerra, el racismo, la homofobia, la islamofobia, el antisemitismo, el sexismo… demonios que no pueden ser expulsados solo con una oración de exorcismo. Estos demonios pueden ser expulsados, al menos a nivel personal, por una oración de conversión.
Entonces, nos preguntamos:
¿Cuáles son los demonios, a nivel personal, comunitario o social, que debemos confrontar con el poder del Espíritu Santo?
Una breve nota de reconocimiento, en primer lugar, a Michelle Wolfinger, quien coordinó extraordinariamente mi celebración de cumpleaños y despedida el sábado pasado. Mi más sincero agradecimiento también a todos los que le ayudaron a hacer de este evento un éxito completo. Gracias a todos los que asistieron a mi celebración, y por las cariñosas tarjetas de felicitación y regalos de cumpleaños. Ha sido una verdadera bendición de Dios y de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro servirles estos últimos casi ocho años como su pastor. Les pido que continúen orando por mi futura asignación en la Ciudad de México (trataré de mantener mi correo electrónico actual y hacer pública mi nueva dirección en caso de que alguien quiera enviarme algunos saludos). Tengan la seguridad de mis oraciones, para que continúen siendo una parroquia vibrante y continúen apoyando ahora al P. Smith y al P. Gyasi.